12 ene 2016

Entrevista a Fernando J.Lopez

ENCUENTRO CON AUTORES
Fernando J. López nos visitó el  25 de noviembre

Se dice que los jóvenes no leen todo lo que deberían. Quizá los adultos tampoco leamos lo suficiente. Quizá debiéramos seguir siendo todos jóvenes o sentirnos jóvenes, todavía adolescentes a pesar de no serlo.
Todavía joven y adolescente se siente Fernando J. López, autor de El reino de las tres lunas, novela que han leído los alumnos de 1º ESO.

En un abarrotado salón de actos, después de varios retrasos y descuidos, y otros problemas logísticos, Fernando nos habló de la novela El reino de las tres lunas y de cómo llegó a ser escritor. Porque Fernando tiene en su haber varias novelas: la primera, In(h)armónico (Premio Joven y Brillante), la escribió con tan solo diecinueve años y fue finalista del Premio Nadal en 2010 con La edad de la Ira, novela que narra el problema de la homofobia en las aulas. Además corre por sus venas el duende del teatro y ha escrito y estrenado con éxito varias obras: Cuando fuimos dos, Darwin, Tour de force o De mutuo desacuerdo. Incluso ha estrenado un versión de Yerma (de Federico García Lorca) en el Gala Theatre de Washington.

Pasamos una estupenda día con Fernando. Los alumnos estaban emocionados por conocer a un escritor de una novela que han leído, preguntaron muchísimo y nos dimos cuenta de que sí que leen y leen muy bien.  Sirva de resumen de este encuentro este pequeño resumen-entrevista que con su generosidad infinita nos ha remitido Fernando por mail.

-¿Cómo te inspiraste para escribir El reino de las Tres Lunas?
-La inspiración, en esta novela, fue doble. Por un lado, la actualidad y la necesidad de reivindicar, en clave simbólica, la importancia de la cultura y de la educación en un momento en que ambas están sufriendo un severo ataque a muchos niveles. Por otro, mis vivencias personales y mi inquietud por abordar el tema de la muerte y de la ausencia de las personas a quienes queremos en una novela juvenil.

-¿Por qué elegiste esos nombre tan raros?
-Para evitar que el reino se pudiera ubicar en ningún lugar concreto. Se usan nombres de procedencias diversas (germánicos, franceses, latinos, árabes, italianos…) y así, además, se dota a los personajes de una identidad más evocadora y sugerente.

-El reino de las Tres Lunas, ¿por qué decidiste localizar la historia en un lugar imaginario?
-Para potenciar así sus dos posibles niveles de lectura: el literal, centrado en la magia, la aventura y la recreación del mundo medieval y el simbólico, de naturaleza claramente política. Ubicar la novela en un lugar imaginario  y en un tiempo alejado del nuestro me permitía hablar de cuestiones próximas al hoy sin caer en lo panfletario, riesgo habitual en las novelas con intención crítica y social.

-¿Con qué personaje de la novela te sientes más identificado?
-Hay algo de mí en todos, pero quizá me vea más en Aldo, en su búsqueda de la palabra y de la inspiración para contar aquello que le preocupa. También yo me he sentido abatido en mi quehacer creativo más de una vez y he tenido que contar con algún Francesco, es decir, con algún buen amigo, para retomar la pasión por la escritura. No es un oficio fácil, aunque sí apasionante. Quienes escribimos, no podemos evitar hacerlo.

-A algunos les ha interesado bastante la historia de la reina Neyla, ¿por qué no sabemos que le pasa a la reina Neyla?, ¿por qué Alceste la persique, si la odia?¿Va a haber una segunda parte donde se cuente la historia de la reina Neyla o una continuación?
-La historia de Neyla forma parte del nivel de lectura adulto de la novela. Es una obra que, pese a su simplicidad, oculta muchas capas y creo que es más interesante que los lectores reconstruyen su historia. Están todos los datos en la novela y se responde a ese porqué…, pero os invito a releerla y a ver cómo es, en realidad, la actitud de Alcestes ante la reina. Como autor y como lector no me gustan las historias que lo expresan todo desde la obviedad y el caso de Neyla es un ejemplo de esa huida de lo evidente.

-¿Cómo te hiciste escritor?
Ni siquiera me lo planteé. Me descubrí escribiendo versos con apenas seis años… Yo ni siquiera sabía que lo eran, hasta que una profesora se dio cuenta y me regaló un cuaderno para que volcara en él todo cuanto quisiera escribir. Allí surgió mi primer poema, mi primer premio literario, mi primer relato… Y desde entonces no he dejado de escribir. En homenaje a aquello, y como amuleto o talismán, siempre empiezo cada nuevo texto en las páginas de un cuaderno antes de sumergirme en su escritura en mi ordenador.

-¿En qué proyectos literarios estas trabajando ahora?
-En la nueva novela juvenil que saco en febrero con Santillana, Los nombres del fuego, una obra que está pensada para lectores jóvenes y también adultos, y en la que se presentan dos tramas: una ambientada en Madrid y París en el siglo XXI y otra en el México azteca del siglo XVI. También estreno un montaje teatral nuevo, Los amores diversos, en el Festival de Málaga en enero y en junio, si todo va bien, publico otra novela para adultos…


Esta entrevista será publicada en la revista  El ingenioso hidalgo del IES Cervantes.

11 ene 2016

AÑO NUEVO, NUEVAS HISTORIAS

¡Bienvenidos de nuevo! Recomenzamos tras las vacaciones. 
Con este nuevo año, como ya lo tenemos ensayado, vamos a continuar con nuestras lecturas para cada día. He decido llamar así a eso que hacemos de leer un poema, un cuento, una anecdota, hablar de un libro que nos ha gustado, al comienzo de cada clase. Este trimestre lo sofistiqueremos, porque añadiremos un poema o un cuento que os leeré yo; además tendréis el reto de decirme al día siguiente algo sobre su autor o la tradición en la que se inscribe (esto de la tradición os lo explico con calma en clase) o traer otra historia u otro poema sobre el mismo tema o autor.
¡Ah! Tenemos que encontrar la manera de compartir esos poemas y esos cuentos y esos comentarios de libros o películas: ¿abrimos un nuevo blog? Los titularemos Leer al día.

Para comenzar con buen tino y sin olvidarnos de las fechas en las que estamos, ahí va el primer poema. Es un poema de Vicente Huidobro.
INVIERNO PARA BEBERLO

El invierno ha llegado al llamado de alguien
Y las miradas emigran hacia los calores conocidos
Esta noche el viento arrastra sus chales de viento
Tejed queridos pájaros míos un techo de cantos sobre las avenidas
Oíd crepitar el arcoiris mojado
Bajo el peso de los pájaros se ha plegado
La amargura teme a las interperies
Pero nos queda un poco de ceniza del ocaso
Golondrinas de mi pecho qué mal hacéis
Sacudiendo siempre ese abanico vegetal
Seducciones de antesala en grado de aguardiente
Alejemos en seguida el coche de las nieves
Bebo lentamente tus miradas de justas calorías
El salón se hincha con el vapor de las bocas
Las miradas congeladas cuelgan de la lámpara
Y hay moscas
Sobre los suspiros petrificados
Los ojos están llenos de un líquido viajero
Y cada ojo tiene un perfume especial
El silencio es una planta que brota al interior
Si el corazón conserva su calefacción igual
Afuera se acerca el coche de las nieves
Trayendo su termómetro de ultratumba
Y me adormezco con el ruido del piano lunar
Cuando se estrujan las nubes y cae la lluvia
Cae
Nieve con gusto a universo
Cae
Nieve que huele a mar
Cae
Nieve perfecta de los violines
Cae
La nieve sobre las mariposas
Cae
Nieve en copos de olores
La nieve en tubo inconsistente
Cae
Nieve a paso de flor
Nieva nieve sobre todos los rincones del tiempo
Simiente de sonido de campanas
Sobre los naufragios más lejanos
Calentad vuestros suspiros en los bolsillos
Que el cielo peina sus nubes antiguas
Siguiendo los gestos de nuestras manos
Lágrimas astrológicas sobre nuestras miserias
Y sobre la cabeza del patriarca guardián del frío
El cielo emblanquece nuestra atmósfera
Entre las palabras heladas a medio camino
Ahora que el patriarca se ha dormido
La nieve se desliza se desliza
se desliza
Desde su barba pulida

De Automne régulier, 1925